viernes, 31 de mayo de 2013

Estela de Luz, nueva máscara de la justicia

La Estela de Luz, “lejos de ser un referente legítimo de la identidad compartida y de los anhelos de justicia social que la fecha de 2010 evocó, ha sido motivo de burla, escarnio y humillación,  una afrenta en el rostro de la patria que hay que lavar resignificándola”.

Encabeza la petición Javier Sicilia, el mismo que firmó en Ciudad Juárez un conjunto de exigencias claras ante la política de seguridad del sexenio pasado pero luego se acercó a ese gobierno para un diálogo, ya completamente mediatizado, en que omitió los términos del movimiento y los ‘resignificó’ en un beso a quienes por su parte se preocuparon de darle marco a su posición de autoridad.

Lavar el rostro de la patria es una misión en la que Javier Sicilia ya se hizo acompañar con la firma de Juan Villoro, Alejandro González Iñárritu, Enrique Krauze, Daniel Giménez Cacho, Cuauhtémoc Cárdenas, Carlos Bolado, Diego Luna, Alfonso Cuarón, David Huerta y Gael García Bernal.

Intelectuales y artistas motivados, a adivinar, si por una respetable compasión hacia Sicilia como hacia todos los mexicanos, o por una profunda preocupación por la identidad nacional; situación que por otro lado, Enrique Peña Nieto desde su campaña ofreció transformar, sin tocar el tema de los muertos de la ‘Guerra contra el narco’, pero sí sus consecuencias económicas, también desde la imagen.

El prócer poeta parece haber sido atraído desde aquellas reuniones en Chapultepec con Calderón, a la ‘Teoría de la ventana rota’ según la cual, lo primero en una estrategia de seguridad es lavarse la cara. El Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad que este encabeza, ahora puede resignificar la paz con justicia en las ramas del árbol de la dignidad.


Nadie mejor que un poeta para abstraer los Derechos Humanos al mundo de la retórica y el oxímoron: una paz supeditada a la justicia, y una justicia basada en la ilusión de la dignidad.

(Publicado en 30 Días).

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